2010/10/03


LA FOTOGRAFÍA EMPIEZA A ATRAER A LOS CACOS
Robadas una serie de fotografías de Joan Fontcuberta

Cada vez más galeristas y profesionales del arte coinciden en que la fotografía poco a poco va ganando terreno a otros artes como la pintura y escultura en materia de coleccionismo e incluso de especulación. Aún encontrándose a años luz de estos, ha ido tomando gran importancia en galerías de arte así como en museos, que han visto como colecciones fotográficas se colaban entre las paredes de algunas de las pinacotecas más importantes del mundo. Este acercamiento de los inversores al mundo de la fotografía ha atraido también a ese otro mundo que siempre ha estado ligado a la pintura... los ladrones de arte. Multitud de películas y libros han recogido grandes robos de pinturas; e incluso, cada poco tiempo suelen salir en las noticias robos en pinacotecas o en colecciones particulares.

Pues bien, hace pocos días el fotógrafo Joan Fontcuberta, Premio Nacional de Fotografía en 1988, sufrió el robo de una de sus series fotográficas titulada Milagros & Co. en el Monasterio de la Charteuse de Aviñon. Según indica el propio fotógrafo, el robo se produjo durante la noche del sábado al domingo; y, aunque la serie sustraida se encontraba junto con otra del mismo autor denominada Sputnik, únicamente fué robada la primera, por lo que todo apunta a que se pudo deber a un trabajo de encargo. En total fueron robadas 40 fotografías valoradas entre 4.000 y 6.000 euros y fueron recortadas de su marco limpiamente con una cuchilla.

La serie sustraida consta de una serie de fotografías tomadas en el Monasterio ortodoxo de Vallhamönde, situado en Karelia una región finlandesa en la forntera con Rusia. La pequeña comunidad monacal de Vallhamönde es un centro espiritual al que acuden monjes de muchas religiones para aprender a hacer milagros. 



Para realizar el reportaje fotográfico, Fontcuberta fingió ser un aprendiz de monje ortodoxo, siguiendo así los cursos junto al resto de novicios. La idea de este reportaje surgió de un anuncio en un diario finlandés en el que se proponía un curso de "milagrología interconfesional de carácter teórico y práctico".

Volviendo al robo, el Premio Nacional de Fotografía nos deja las siguientes declaraciones para la reflexión: "Hasta ahora nunca había pensado poder convertirme en un objetivo. Ni siquiera me había percatado que una fotografía pudiese ser un botín apetecible. A veces en una exposición se produce algún que otro robo impulsivo, aunque jamás había oído algo así. Si ha sido un coleccionista loco, con lo que debe costar organizar un robo así, casi le convenía comprarme las obras". ¿Será por lo tanto un robo realizado con el fin de poder revender las fotografías? ¿Acaso una acción de algunos fanáticos religiosos debido a la temática de la serie o un loco aficionado a la fotografía? ¿Por qué esta serie y no la que estaba a su lado?
Quizás nunca lo sepamos... lo que sí parece es que la fotografía comienza a ser un objetivo para los amigos de lo ajeno...

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